El S&P 500 cayó un 18,6% desde su máximo histórico de cierre a principios de enero y existe una buena posibilidad de que el índice de referencia caiga en territorio bajista.
Sin embargo, en esta oportunidad, un pequeño grupo de nombres representa gran parte del declive lo que provocó un debate en la comunidad inversora sobre su influencia y poder.
Solo ocho empresas (de las 500 del índice) son responsables de casi la mitad de las pérdidas del año hasta la fecha del índice de referencia ponderado. Las caídas en Netflix (NFLX) han alcanzado el 70 %, Meta (FB) y Nvidia (NVDA) han bajado un 43 % cada una, mientras que Microsoft (MSFT), Apple (AAPL), Amazon (AMZN), Alphabet (GOOGL) y Tesla (TSLA) ) han caído entre un 23 % y un 36 %.
Según un modelo teórico, con una ponderación equitativa de todos los componentes del S&P 500, el índice solo habría bajado un 13 % en 2022.
Las acciones energéticas como Exxon Mobil (XOM), Chevron (CVX) y ConocoPhillips (COP) han estado apoyando al S&P 500 este año, básicamente debido al hecho de que las materias primas y las acciones relacionadas con estas se utilizan como cobertura contra la inflación ( con la particularidad adicional de que la guerra Rusia- Ucrania exacerba los precios de la energía a nivel mundial).